22 jun 2009

He cruzado el océano




¡Quién iba a divinarlo! He cruzado el océano de la mano de una amiga -Isa- porque ya casi no tenía fuerzas para llegar yo sola a nado. Y allí, otra mano extendida me ha arrastrado hasta la orilla (era Neli).

Nuevas fronteras y nuevas esperanzas se forjan ante mí. Sueños de fantasía, tal vez, pero si puedo soñar... es que sigo viva.

Gracias, amigas


Encarna

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues entonces, sueña.
Sueña un sueño donde las manos se tiendan como lazos y construyan puentes. Donde las sonrisas nazcan a cada paso del sol y no se borren cuando titilen las estrellas. Sueña con un mundo, ¡mejor con un universo!, donde todo sea tan sencillo como desearlo con intensidad. Donde la luz se cuele por todas las claraboyas y los abrazos sean como pequeñas fogatas que entibien el alma y nunca estén ausentes. Sueña con un cielo abierto, en el cabal sentido de la palabra. Con un suelo firme. Con que todos tengamos lo suficiente; lo suficiente de todo, inclusive el suficiente amor que nos demuestre que el corazón late traspasando las fronteras.
¡Sueña, Encarna! Sueña, por favor... he invítame a tu sueño. Que yo estaré allí cada vez que me llames por mi nombre, aunque sólo me nombres en pensamientos.
Te dejo el más grande abrazo-hoguera que puedas imaginar. Pronto nos vemos.
isa

Anónimo dijo...

Encarna me siento halagada y emocionada. Desde aquí te digo que este árbol esperará siempre que le leas algo hermoso para soñar. Y que con las alas de Isa podamos recorrer lugares insospechados donde podamos disfuar de nuestra amistad. Soñemos entonces y te espero para que te sientes bajo mis ramas. Un beso enorme, Neli.

Encarna Martínez dijo...

Gracias amigas. Aún estoy extenuada del viaje, pero soñaré, claro ¡para eso he cruzado!Y qué mejor lugar que las raíces que reposan a la sombra de su propio árbol.
Un beso