Torre Ambolo
La torre, de una solo piso y dos garitas -ya desaparecidos- fue edificada para vigilancia en el siglo XVI.
Este mirador es realmente excepcional.
Hacia el sur–suroeste, uno recrea la vista con el mar, de colores cambiantes desde el turquesa hasta el azul marino, acantilados de pino mediterráneo que dibujan el perfil de la costa, y a lo lejos alcanza la mirada hasta la Torre de Moraira y el Peñón de Ifach en Calpe, dejando en medio el Morro de la Reina (o del Castell) que cierra el límite de Jávea formando la cala de la Granadella. Por este lado, bajo Torre Ambolo, aunque no se divisa por la vertical, hay una cueva, La Cova del LLop Marí -habitada permanentemente por dos helechos- que hace las delicias de los submarinistas.
Hacia el sur–suroeste, uno recrea la vista con el mar, de colores cambiantes desde el turquesa hasta el azul marino, acantilados de pino mediterráneo que dibujan el perfil de la costa, y a lo lejos alcanza la mirada hasta la Torre de Moraira y el Peñón de Ifach en Calpe, dejando en medio el Morro de la Reina (o del Castell) que cierra el límite de Jávea formando la cala de la Granadella. Por este lado, bajo Torre Ambolo, aunque no se divisa por la vertical, hay una cueva, La Cova del LLop Marí -habitada permanentemente por dos helechos- que hace las delicias de los submarinistas.
Y hacia el nordeste, de nuevo la costa queda
recortada por acantilados hasta acabar en el
Cabo de La Nao. Justo debajo forma una
playa abierta –de creación artificial- de aguas
turquesas transparentes.
Delante, de cara a mar abierto, está la Isla del Descubridor. Toda la zona es rica en flora y fauna marina y, sorteando el oleaje si no es muy fuerte, se puede dar la vuelta a la isla para disfrutar de su colorido a media profundidad.
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